El vitolario de Davidoff es casi tan extenso como el refranero patrio y ambos maridan en un sinfín de circunstancias. Para muestra, un botón.
¿A quién no se le ha atragantado un cigarro por culpa de un tiro defectuoso y a base de maseteros y pterigoideos ha sacado adelante la fumada? «En peores plazas hemos toreado y hemos salido a hombros». La de veces que hemos clamado al cielo por los habanos y ahí seguimos, insistiendo, «Más se perdió en Cuba y volvieron cantando». O en esas ocasiones en las que abres tu humidor y una capa aceitosa y sedosa nubla tus sentidos y cual señal divina, comprendes que ese cigarro en concreto, y no otro, es el elegido, » A cada cerdo le llega su San Martín». Volvamos al motivo principal de esta cata y veamos que nos depara este Davidoff Nicaragua Robusto, «porque el tabaco quema, pero no calienta».
Como su nombre indica, sostenemos en mano un cigarro 100% nicaragüense, robusto en su vitola y adornado con la característica anilla negra y cobriza de una de las lineas más reconocidas de la casa dominicana.
A su paso por nariz nos deja aromas a chocolate, chocolate con leche y frutos secos, mostrando en frío sensaciones parejas: bizcocho de chocolate y más frutos secos.


Prendemos el cigarro y tras un paso por nariz suave, los picantes se entremezclan con nueces y almendras amargas, casi licorosas (Amaretto) que se irán tostando según avanza el tercio. Trazas de canela y poca cremosidad, para una primera parte compleja y completa.
El picante, como el humo, se va desvaneciendo, dejando paso a una ceniza gris oscura y contundente. Alguno de los presentes aprovecha el final del primer tercio para rellenar su copa de excelso maridaje: Glenfiddich 12, Glenmorangie Port Cask 14, Carlos I Imperial… Una alineación de primer nivel, casi a la altura de los socios del club.
El tabaco decrece en tamaño y la cremosidad aumenta en presencia, si bien este segundo tercio no presenta una gran evolución. Los tostados se mantienen y aparecen trazas de galleta y dulce. Llegados a este punto y para sorpresa de los presentes, el tabaco comienza a perder fuste, que no fortaleza.
Algo anonadados, nos disponemos a abrazar el último tercio. ¿Tendremos remontada en el Bernabéu? Los amargos suben, por lo que recomendamos un nuevo corte. Aparece el cuero, las especias y encontramos toques de jengibre para nuestra sorpresa, dejando en boca un gusto astringente y seco.
Este tabaco mantiene los estándares de calidad a los que nos tiene acostumbrados la marca dominicana. Gran construcción y mejor presentación, empero nos ha decepcionado en otros apartados (sin duda las expectativas eran muy altas). Hay que tener en cuenta la excelsa familia de «los Nicaragua» que acompaña en el vitolario a este tabaco y que sin duda son auténticas joyas para el buen fumador.
¿Podríamos decir que se ha quedado en «cola de león» y no en «cabeza de ratón»?
Características:
- Vitola: Robusto (127×50)
- Origen: Rep. Dominicana
- Precio: 16,30€
- Tiempo de fumada: 75 minutos.
- Capa: Nicaragua
- Capote: Nicaragua
- Tripa: Nicaragua
Valoración del club:
- Tiro: 8,5/10
- Prensado: 8/10
- Sabor primer tercio: 7/10
- Sabor segundo tercio: 6,5/10
- Sabor tercer tercio: 7/10
- Ceniza: 7/10
- Humo: 7,5/10
Opinión general: 7,3/10
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