Bien al abrir el humidor, bien al visitar la cava, ves todas esas joyas que son los tabacos. Observas el trabajo bien hecho, sus bonitas capas, sus anillas bien dispuestas, el tacto del cigarro y su perfecta conservación tras el cuidado y esfuerzo puesto por el tabaquero, el estanquero y tú mismo.
Toda esa perfección se puede echar por completo a perder en sólo unas horas si no transportamos bien nuestros tesoros, si los llevamos con nosotros de cualquier forma.
El tabaco está ‘vivo’ y como tal no puede ir sin ‘protección’ en nuestros bolsillos, maletines, trollers… ¿Llevarías a tu mascota en una bolsa o una caja de cartón? No, en un trasportín acorde a su peso, tamaño y condición. Pues lo mismo debemos hacer con nuestros cigarros, llevarlos en su propio ‘transportín’: pureras, estuches y humidores de viaje.
Tras haber visto cómo cuidar tus cigarros, cómo cortarlos y cómo encenderlos, hoy vamos a ver los distintos sistemas para llevar los tabacos, bien unas horas, bien semanas. Para ello vamos a diferenciar tres grandes grupos en función del tiempo que vayamos a pasar lejos de nuestro humidor personal o nuestra cava de referencia.
PARA UNAS HORAS
Necesitamos un medio de transporte que proteja los puros de golpes, rozaduras y exceso de calor o frío y al mismo tiempo sea ligero, abulte poco y, porque no, sea bonito. Todos los puntos son cubiertos nuestra mejor amiga para el día a día: las pureras. De distintos tamaños y materiales, se trata de fundas donde llevar uno, dos o tres tabacos con nosotros. Habitualmente de piel (en España contamos con auténticos maestros peleteros), los hay de aluminio, madera y fibra de carbono.
Nuestra recomendación es contar con varios modelos que nos permita elegir cual llevar en función de las distintas vitolas que fumaremos (coronas, robusto, Churchill…) y el número de puros a disfrutar. Las hay más ‘adaptables’, sin forma del cigarro marcada, pero hay que tener cuidado porque suelen llevarse más golpes los puros en su interior.
PARA UN FIN DE SEMANA
Cuando son unos días los que estaremos fuera de casa la purera se nos puede quedar corta, necesitamos algo con más tamaño y que nos permita al tiempo llevar el equipo de ‘trabajo’ (cortapuros, encendedor, soporte…). Aunque ya existían estuches mucho antes, en los últimos años se han producido un boom y cada vez están más elaborados y mejor pensados.
Por lo general de piel (se trata de un material perfecto por ser resistente, dejar respirar y mantener la humedad del tabaco), nos permite llevar con nosotros 5-6 cigarros, el cortapuros, el encendedor… cada uno protegido en su propio apartado. Un estuche perfecto para llevar en una maleta o en la propia mano. Existen en el mercado paquetes/bolsas para el control de la humedad, abultan poco y funcionan realmente bien, no hagas ascos a llevar una en tu estuche.
PARA UNAS SEMANAS
Lo normal es que, llevemos lo que llevemos, nos vayamos a quedar cortos de existencias y tengamos que visitar la cava más cercana, pero lo mejor para cuando vayamos a estar varios días fuera es un humidor de viaje.
Fabricado por lo general en PVC (también los tienes en madera o metal), relleno de gomaespuma y con un pequeño higrostato, podremos llevar con nosotros unos 10-20 cigarros fácilmente sin miedo a golpes en nuestros largos desplazamientos; aguanta lo que le echen sin inmutarse, mantiene nuestros tabacos en su justa humedad y no permite la entrada de olores que los estropeen.
Contar con un humidor de viaje no quita que llevemos junto a nosotros una o dos pureras, cargar con una caja del tamaño de un ladrillo todo el día a cuestas no es ni cómodo ni elegante.
Ellos te dan placer y disfrute, cuida de tus tabacos como merecen y no los lleves contigo de cualquier forma. Busca la/s purera/s que más se adecuen a tus gustos, valora hacerte con un buen estuche y, sin dudar, con un humidor de viaje. Tus cigarros te lo agradecerán y te lo devolverán con creces.
Y si tienes la inmensa suerte de que el dinero no sea un problema en tu vida, siempre puede recurrir a un humidor como estos.
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