¿Imagináis a cualquier amante de los vinos dejar sus preciadas botellas almacenadas de cualquier forma y en condiciones extremas? Pues los cigarros, cómo el mejor vino, deben ser objeto de un cuidado y mimo extremos para que nos devuelvan lo mejor de sí mismos.
La situación perfecta para todo fumador sería tener su propia cava en casa con capacidad para miles de puros pero pocos elegidos tienen el espacio, el dinero y el tiempo para poder permitirse una habitación especial para sus cigarros.
Dado que la mejor opción, tener nuestra propia cava, y la segunda mejor opción, vivir a unos metros de una cava 24h, no son prácticamente viables debemos recurrir a la alternativa buena, bonita y ‘barata’: hacernos con un buen humidor.
¿Qué es un humidor y/o humectador? (No lo busquéis en la REA porque no los recoge como palabra aceptada) Pues tan simple como un recipiente donde conservar los cigarros en las condiciones más parecidas posibles a aquellas en que se trató el tabaco hasta convertirse en un puro; es decir, condiciones ‘tropicales’ (67-72% de humedad y 20-25ºC de temperatura).
Por lo general son cajas cerradas (no herméticamente, pues no dejaría ‘respirar’ al cigarro y acabaría apareciendo moho) con un algún tipo de dispositivo que regule la humedad (higrostato) y, por lo general, un higrómetro que nos indique las condiciones internas del recipiente.
Infinidad son las posibilidades de materiales, tamaños y modelos de fabricación para un humidor, pero aquí nos vamos a centrar en la más habitual y, en nuestra opinión, elegante: el humidor personal de madera.
La madera es el mejor producto para mantener en las mejores condiciones a nuestros preciados cigarros, y dentro de éstas es el CEDRO ESPAÑOL la mejor opción; se trata de un producto poroso (deja respirar), sin aromas que afecten al tabaco y que mantiene excelentemente la humedad. Pero se trata de una madrea muy blanda y se marca con facilidad, por lo que un humidor hecho en su totalidad con cedro español será un error. La mejor opción es recurrir a aquellos cuyo interior esté todo forrado de cedro español y esté protegido en su exterior por maderas más duras (y nobles) como caoba, roble, cerezo, nogal…
El humidor debe estar perfectamente acabado, bien ensamblado y con las esquinas bien encuadradas, y cierre y tapa deben encajar a la perfección (sin llegar a cerrar herméticamente, cómo ya hemos comentado).
Una vez hemos revisado los materiales y la construcción, debemos pasar a revisar el higrostato: sistema por el cual se liberará la humedad en el interior del humidor. Frente a sistemas electrónicos complejos de los grandes humidores y cavas, para los personales y tamaños medianos el sistema es muy simple: meras esponjas cubiertas (para no estar en contacto directo con nuestros cigarros) son más que suficiente para controlar la humedad. Mojando estas esponjas habitualmente en agua destilada nuestros puros estarán perfectamente conservados si la construcción del humidor es adecuada.
No es obligatorio pero si recomendable que nuestro humectador cuente con un higrómetro para conocer la humedad en su interior, añadiendo más agua o incluso retirándola en función de las necesidades para estar lo más cerca posible del 70% de humedad. Aunque los analógicos son infinitamente más estéticos, son los digitales los mejores por su fiabilidad.
Ahora es responsabilidad de cada uno elegir el humidor que mejor se adecue a sus necesidades/posibilidades de tamaño, capacidad, precio…
Más allá de los humidores personales, por tamaño nos encontramos con armarios de sobremesa, armarios expositores con capacidad para varias cajas e incluso grandes vitrinas antes de dar el salto a las cavas. En materiales, más allá de la madera encontramos humidores de metacrilato, cuero, metal, carbono…
En el mercado puede encontrarse hasta armarios humidores totalmente electrónicos, encargados de mantener inalterados por completo temperatura y humedad al estilo de las vinotecas electrónicas.
«Nunca me cansaré de repetir que un cigarro conservado en buenas condiciones, no sólo no pierde nada de su calidad, sino que mejora» Zino Davidoff
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