Os vamos a anticipar el final, ¡bravo por el tabaco ‘clásico’ y de calidad!
¿Dónde habían quedado las fortalezas medías, los sabores florales, las capas carmelitas, las vitolas contenidas…? Pues todo ello lo tenemos en el tabaco de hoy, MATILDE Serena Corona. Pero no nos adelantemos.
MATILDE es la ‘nueva’ marca de José Seijas. ¿Qué no sabes quién es? Pues nada más y nada menos quien desarrollaba las ligas (es decir, master blend), hasta su jubilación en 2011, de la mayor fábrica de tabacos del mundo, La Romana, de Tabacalera de Garcia en República Dominicana (si, la misma que hace Vegafina, entre otros muchos tabacos). Como anécdota ‘patria’, José pasó unos años por CITA, en Las Palmas de Gran Canaria. Tal es su importancia para el mundo del tabaco que José cuenta con su propio sitio en el Hall of Fame de Cigar Aficionado…
¿Y eso de MATILDE? Pues MATILDE fue una de las primeras marcas dominicanas, creada en 1876 y discontinuada a principios del siglo XX, que fue recuperada para la causa en 2014 por la familia Seijas, ya que José subió al barco a sus hijos Enrique y Ricardo.
Al lío, que aquí hemos venido a jugar, digo fumar. ¿Cómo s este MATILDE Serena Corona? Pues un tabaco que nos lleva décadas atrás, con un formato clásico de Corona, una suave capa carmelita con ligero brillo, venas marcadas y ligeros baches, todo vestido con una muy bonita doble anilla (precioso el color aguamarina con dorado) de tamaño contenido.
Lo llevamos a nariz y nos llegan más recuerdos de esos tabacos que hemos olido y disfrutado, tanto de forma directa como indirecta (los tabacos que fumaban nuestros padres y abuelos): aroma dulzón, floral y amaderado de cedro.




Candela y miras el tabaco. Te vienen recuerdos de esos primeros tabacos siendo prácticamente imberbe, de los puros con amigos donde lo más que sabías que estaban hechos de hojas enteras de tabaco, de entrar con esa mezcla de pánico y júbilo al estanco… Todo sutileza, ninguna agresividad ni potencia, dando un primer tercio con sabores a madera (cedro), frutos secos (almendras y nueces), dulces y florales (vainilla). Mucha cremosidad en boca.
Tiro y combustión son muy buenos, siempre pareja y con un ‘beso’ precioso. Un retrogusto sabroso y sutil, que perdura bien.
El segundo tercio mantiene esa base de madera y frutos secos, acompañados de floral, café con leche, toques a regaliz negro y ligero matiz salino que con los toques dulzones nos dan tofe.
La ceniza es gris claro, sin rodales (demostración de perfecta fermentación del tabaco) y con muy buen aguante. El humo… otro que nos lleva a años atrás, a las tardes de verano con mis tíos fumando en el jardín hasta hacerse de noche; blanco, muy aromático y en su cantidad justa.
Y llegamos al último tercio, donde a madera y frutos secos se produce una subida de los amargos (café y almendras), se presenta más herbáceo y menos floral y la punta mineral destaca más, virando ligeramente hacia alcalinos.
¿Maridajes? Algo suave, algo sosegado. Un buen café, un ron miel no muy alcohólico, un brandy…
MATILDE Serena Corona, ¡qué bueno vuelvan los tabacos ‘clásicos’! Un cigarro accesible, de fortaleza media/baja a media, muy sabroso y con una gran construcción. Una capa carmelita, una vitola perfecta y unos sabores y aromas del tabaco dominicano de toda la vida nos dan un cigarro que nos evoca a momentos maravillosos de nuestra vida.
Características:
- Vitola: Corona (5-1/2×44)
- Origen: República Dominicana
- Precio: 5,95 euros
- Tiempo de fumada: 45-60 minutos
- Capa: Connecticut Ecuador
- Capote: República Dominicana
- Tripa: República Dominicana y Nicaragua
Valoración del club:
- Tiro: 8,5/10
- Prensado: 8/10
- Sabor primer tercio: 8/10
- Sabor segundo tercio: 8/10
- Sabor tercer tercio: 7,5/10
- Ceniza: 8,5/10
- Humo: 8,5/10
Opinión general: 8,1/10



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